Las perspectivas financieras de la UE para el periodo 2007-2013 deberán ofrecer a España un presupuesto suficiente, equitativo al reparto de costes de la ampliación a 25, y que permita un camino gradual para salir de los fondos de cohesión y pasar a ser un contribuyente neto en 2013. De todos modos, hasta después de 2013 España seguirá recibiendo fondos estructurales, con 30.000 millones de euros destinados a la agricultura y 30.000 más para infraestructuras, entre otras partidas. Así lo afirmó el secretario de Estado para la UE, Alberto Navarro, durante el Desayuno de Trabajo CEDE celebrado en Madrid y seguido por videoconferencia desde Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Sevilla y Girona.
Navarro contradijo así algunos de los miedos surgidos en España ante el próximo cambio de status como miembro de la UE, en que dejará de ser beneficiario neto para pasar a dar más que a recibir en la UE. Según Navarro España está ahora en una posición inmejorable en Europa.
De la segunda a la primera división
En su opinión, los últimos 20 años, desde que entró España en la UE en 1986, han sido los mejores de la historia reciente del país. España ha recibido y ha dado mucho a Europa.
En estos años España ha crecido un 1% anual por encima de la media de la UE. El nivel de renta actual es del 90% en relación con el 68% de 1986. El saldo neto de la relación con Europa durante estos 20 años es del 0’8% de nuestro PIB anual -casi 100.000 millones de euros. El secretario de Estado para la UE cree que en ello ha jugado mucho la capacidad de los españoles de aprovechar las oportunidades ofrecidas por Europa. Ahora es el momento de prepararse para el siguiente paso: ser un miembro de la primera división en la UE a partir de 2013.
La estabilidad económica ha generado también estabilidad y fortaleza políticas. Aun así, la mayor potencia económica del mundo como es la UE ha sido, según Navarro, ‘incapaz de trasladar su peso económico al peso político. En el futuro Europa tiene que pasar a ser un actor y no un observador de los conflictos internacionales’.
La nueva Constitución Europea es un mecanismo para superar esta indefinición política actual en la que se ve sumida la UE. Y, precisamente, ante la crisis desatada por el ‘no’ de Francia y Holanda al Tratado para una nuevo texto constitucional europeo, Alberto Navarro cree la nueva Constitución Europea no es renegociable. En este sentido, considera que, teniendo en cuenta que 13 de los 25 estados ya han aprobado el Tratado, ahora cabe esperar si las próximas elecciones francesas y holandesas de 2007 supondrán una renovación de los respectivos gobiernos, lo que podría contribuir a desbloquear esta situación o si, por el contrario, habrá de celebrarse una nueva conferencia intergubernamental. Como mucho, indicó Navarro, se puede renovar algo del texto si hay que hacerlo.
En el contexto de la ampliación de la UE, Navarro cree importante el diálogo con países como Turquía, teniendo en cuenta que se acaban de abrir las negociaciones para su ingreso, y Marruecos, mediante la celebración de actos que propicien un acercamiento a los países del mediterráneo como el I Encuentro Hispano-Marroquí de Directivos que, organizado por CEDE, tendrá lugar el próximo 17 de noviembre en Sevilla con el patrocinio institucional de la Junta de Andalucía, o la Conferencia Euromediterránea en Barcelona también el próximo mes de noviembre.
En cuanto a Turquía, Alberto Navarro considera que es un activo para Europa. El proceso, dice el secretario de Estado para la UE, puede durar entre 15 y 20 años, pero ‘si cerramos la puerta a Turquía, ella mirará a Irán, y Turquía le da seguridad al Mediterráneo. De hecho, es un país que se modernizará. En dos años ha habido grandes cambios par poder empezar las negociaciones con la UE’. En ese sentido, Turquía ha reformado su Constitución y, entre otras exigencias europeas, ha abolido la pena de muerte.
En lo referente a Marruecos y el Magreb en general, con unas enormes previsiones de crecimiento demográfico a medio plazo, Navarro cree que, aunque sea por egoísmo y en pro de la prosperidad, se debe abrir nuestro mercado a los productos de esos territorios.