Ignacio Garralda inició su conferencia relacionando la reputación corporativa de una empresa, entendida como la percepción que la sociedad tiene de esta, y la crisis económica actual que las compañías están sufriendo. Según Garralda, la responsabilidad social corporativa debe ser un signo de identidad corporativa de la empresa y, a pesar de las dificultades económicas actuales, no debería convertirse en algo accesorio para las compañías. Por ejemplo, en Mutua Madrileña no existe un departamento aislado de RSC, sino que esta es tratada como un aspecto que afecta de manera global a la empresa.
Tal como afirmó Garralda, “cada vez hay menos partidarios de la tesis de Milton Friedman, que en 1970 postulaba que la única RSC de la empresa era tener beneficios”. Actualmente, cada vez son más los expertos que coinciden en que tener una buena reputación y una responsabilidad social elevada tiene más ventajas en multitud de sentidos (más posibilidad de incrementar precios, contratar proveedores en mejores condiciones, obtener mejor financiación, etc.) y hace que una empresa sea mucho más rentable a largo plazo. Además, disponer de una buena reputación es un valioso instrumento defensivo en situaciones críticas. El presidente del grupo Mutua Madrileña puso como ejemplo de ello la crisis del pepino español, que no afectó a la reputación de una sola empresa, pero sí a la reputación de todo el país.
A continuación, Garralda profundizó un poco más sobre el estado actual de la reputación empresarial española y cómo ésta puede evolucionar. “La crisis ha afectado muy negativamente la credibilidad de las empresas españolas”, indicó el presidente del grupo Mutua Madrileña. De hecho, en 2009 los españoles suspendían en confianza a 2 de cada 3 compañías españolas. Ignacio Garralda también trató en este punto los factores que pueden favorecer la mejora de la reputación de una empresa. Además de los que contempla el índice MERCO (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa) también se debe tener en cuenta como factor de mejora de la reputación la creación de un propio gobierno corporativo, sobretodo en el caso de las grandes empresas. El gobierno corporativo debe ser transparente en todos los sentidos (contabilidad, empleados y sociedad) y sólo de esta manera se verá legitimado para ejercer. En cierto sentido, la educación es otro factor clave para mejora de la reputación empresarial; si desde el inicio la empresa privada es mostrada de modo natural, aumentará el número de emprendedores.
Garralda concluyó su ponencia resaltando el papel institucional que desempeñan las grandes empresas. Ello se proyecta principalmente en la vertiente social de su actividad, ya que como gran institución social pueden y deben realizarse actividades para mejorar la sociedad. En España las grandes empresas tiene el reto de impulsar la creación y el desarrollo de fundaciones corporativas, tal como hace por ejemplo, Mutua Madrileña.
El ponente invitado puso punto y final a su conferencia resaltando que son básicamente dos los factores que generan una buena reputación corporativa: ser “transparentes en la gestión y emprendedores en la acción”, que deben realizarse con entusiasmo y optimismo. Finalmente, Garralda quiso dejar claro que los empresarios “estamos llamados a escribir el futuro de nuestro país”.
En el coloquio final se abordaron, entre otras cuestiones, la preocupación de las empresas por el medio ambiente, la transparencia empresarial, la presencia de mujeres en cargos directivos o la modificación de los estudios universitarios.