Desayuno CEDE con Jaime Caruana

Jaime Caruana
Gobernador del Banco de España
Jueves, 15 de abril del 2004
Gobernador del Banco de España
Jaime Caruana cree que una economía basada en un consumo y un sector de la construcción fuertes puede erosionar su competitividad. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, considera que prolongar en el tiempo el actual modelo de expansión de la economía española basado en la fortaleza del consumo y de la construcción, puede generar presiones inflacionistas, erosionar la competitividad y la capacidad de crecimiento potencial de la economía española. Así lo afirmó durante el Desayuno de Trabajo de CEDE, celebrado el 15 de abril en el Hotel Ritz de Madrid, y que fue seguido a través de videoconferencia desde Barcelona, Palma de Mallorca, Sevilla, Murcia, Las Palmas y La Coruña.


Jaime Caruana fue presentado por el presidente de CEDE, Isidro Fainé. En su intervención, Fainé remarcó la importancia de la especialización productiva para corregir una competitividad mejorable, de acuerdo con el reciente informe del Servicio de Estudios de ‘la Caixa’ sobre la competitividad de la economía en España.

Seguidamente tuvo paso la intervención del gobernador del Banco de España. Jaime Caruana apuntó que entre los retos a medio-largo plazo de la economía española es necesario fomentar el funcionamiento competitivo de los mercados, intensificar la inversión productiva y la innovación, además de mejorar la formación del capital humano. Ello se incluye en un entorno, según Caruana, “cada vez más globalizado, y en una Europa ampliada que añade retos adicionales en términos de flexibilidad económica y de adaptación de España a la nueva situación, dadas las ventajas comparativas de esos nuevos países”.

Jaime Caruana advirtió que hay elementos en la economía española, como la inversión y las exportaciones, que deben obtener un papel relativo más importante que el que actualmente tiene el de la construcción. Caruana considera que debe moderarse el ritmo de crecimiento de la inversión en vivienda, porque “si un modelo de expansión basado en la fortaleza del consumo y la construcción se prolonga en el tiempo, puede erosionar la competitividad económica y la capacidad de crecimiento potencial de nuestra economía”.

Las bases actuales de la economía española

El Gobernador del Banco de España apuntó que el crecimiento económico del 2003 en España se ha basado “en el gasto de las familias en consumo privado y en vivienda, por un lado, y, por el otro, en la inversión en construcción no residencial de las empresas”. Ello viene justificado por la política de creación de empleo, la reducción de la presión fiscal y los bajos tipos de interés. Caruana considera que el crecimiento de las inversiones de la administración en obra pública y infraestructuras también ha ayudado a una mayor demanda interna, sin que se hayan puesto en peligro las cuentas públicas.

Según Jaime Caruana, el consumo interno y la inversión en construcción “es un patrón de crecimiento relativamente nuevo. Hace dos o tres años, el crecimiento económico se basaba en la exportación y en la inversión en bienes de equipo”. En cuanto a la inversión productiva de las empresas, Caruana cree que en 2003 se ha recuperado pero con una cierta vacilación, debido a la recomposición de los balances y de la capacidad de ahorro realizado por las empresas. De todos modos, el Gobernador del Banco de España espera que aumente la intensidad de esa recuperación, gracias a las condiciones financieras favorables.

Durante el coloquio posterior a la intervención, se le planteó a Jaime Caruana el impacto en la economía española del cambio del Euro, el Dólar y el Yen, a lo que él respondió que nunca son buenas las fluctuaciones y la volatilidad de los tipos de cambio. Sobre el sistema bancario español, Caruana considera que actualmente tiene una buena solvencia en relación a su entorno, y que se ha mejorado la gestión de riesgos, con lo que existe una banca competitiva, moderna y capaz de afrontar con optimismo cualquier situación. Aún así, Caruana advirtió que la prudencia es necesaria ante la actual situación histórica de tipos de interés bajos, y que hay que vigilar la evolución de los riesgos ante cualquier posible subida de tipos.