España tiene que trabajar para atraer aquellas localizaciones empresariales que pueden venir en el futuro buscando valor añadido. El presidente de General Electric en España y Portugal, Mario Armero, afirmó en el último Desayuno de Trabajo CEDE celebrado en Madrid que “nuestro país no debe optar a todo, sino centrarse en los proyectos de valor añadido que sabe hacer”. Para conseguirlo, Armero cree que el Gobierno debe actuar para paliar algunos déficits que aún existen en España y que pueden frenar la atracción de capitales.
El presidente de General Electric recordó que en España hay poca innovación, que el nivel educativo es bajo y que falta una definición clara de la marca España para ofrecer el valor añadido necesario. Según Armero “aún no sabemos qué sectores y segmentos tenemos que puedan ser objeto de una localización futura”, uno de los primeros trabajos que, dijo, debería hacer la administración española.
Además, Mario Armero cree necesario que el Gobierno presente nuevas medidas fiscales, mayor flexibilidad laboral y que reduzca los procesos administrativos para que la inversión extranjera venga a España.
Con todo, el presidente de General Electric en España y Portugal recordó que España es el espacio de la eurozona con más recorrido y con un enorme potencial en cuanto a infraestructuras necesarias. Ello lo demuestra la inversión de 2.000 millones de euros que ha realizado su compañía en Cartagena. La planta de Cartagena representa claramente el modo de funcionamiento de General Electric como empresa adaptada a una economía globalizada, que dispone de sus ‘call center’ en Europa del Este y sus centros de servicios e I+D en India.
Adaptación y nuevo modelo
Mario Armero considera que General Electric ha sido capaz de adaptarse al nuevo entorno después de los atentados del 11-S. A los nuevos mercados de clientes y competidores como son China, la India o Rusia, se le ha añadido una desaceleración y una volatilidad de los mercados que indican una baja tasa de crecimiento para los próximos años.
En este entorno complejo, General Electric ha apostado por ser, en palabras de Armero, “la empresa de mayor crecimiento del siglo XXI”. La diversificación de la compañía, con once negocios que incluyen desde la industria aeronáutica hasta el mercado audiovisual, la hace, primero, menos vulnerable. En segundo lugar, se quiere apostar plenamente por el liderazgo en la innovación tecnológica. A ello se le debe añadir el tener una relación a largo plazo con los clientes y una aceleración de los servicios.
Para conseguirlo, General Electric ha cambiado también el modelo de directivo que trabaja en la compañía. Ahora, dice Mario Armero, no quieren burócratas, sino líderes con una relación próxima a los clientes y que les presten una atención constante, líderes con claridad de pensamiento y de ejecución. Según Armero, se ha acabado la meritocracia.
En este entorno, el presidente de General Electric en España y Portugal reconoció que en su empresa “aún tenemos mucho por hacer para mejorar la conciliación entre la vida laboral y profesional”.