Los datos de crecimiento e inflación de la economía española demuestran que se está en una buena situación, pero hay algunos problemas que las empresas deben afrontar con, si cabe, la ayuda del Gobierno, según el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Durante el último Desayuno de Trabajo CEDE celebrado en Madrid, Ordóñez remarcó que lo mejorable es la competitividad, y que ello pasa por incorporar criterios que aumenten la productividad de las empresas españolas.
El Secretario de Estado considera que la empresa español debe eliminar de su decálogo particular el término ‘devaluación’ como elemento para recuperar la competitividad cuando se carece de ella. Antes del Euro, los gobiernos europeos controlaban el vaivén de sus monedas. Ahora las empresas son las que tienen que tirar del carro para ser más productivas, el elemento clave para mejorar la competitividad. El Estado puede actuar en ciertos ámbitos.
Fernández Ordóñez recordó que la ayuda estatal no está en las variables de los tipos de interés y de cambio, algo que proviene de la Unión Europea (UE). Donde sí puede actuar el Gobierno es desde los Presupuestos anuales, en base a las acciones sobre el déficit, el equilibrio y la generación de superávit. La actual Ley de Estabilidad Presupuestaria, indicó Ordóñez, busca un déficit máximo del 1%, aspecto consensuado con todas las Comunidades Autónomas (CC.AA). Además, a ello se le debe sumar que España tiene actualmente un nivel bajo de deuda y cifras de superávit. Es por ello que se actuará moderadamente para reducir los impuestos y para aumentar el gasto público, también en aras de ayudar a mejorar la productividad de las compañías.
En este sentido, Fernández Ordóñez avanzó las reformas que habrá en el Impuesto de Sociedades, con rebajas sustanciales del 35% al 30% y del 30% al 25%, y en el aumento de los impuestos medioambientales. En política fiscal, habrá cambios en el IRPF, con una imposición única sobre el ahorro, lo cual tendrá efectos en la competitividad entre los productos financieros. La política fiscal también mantendrá abierto el Plan de Prevención del Fraude.
Sobre el gasto público para incidir en la productividad, se actuará en infraestructuras, y se seguirá favoreciendo la I+D+i. En cuanto a la educación, cabe esperar las acciones de las mismas CC.AA., con competencias en este ámbito.
En este sentido, el Secretario de Estado cree que, precisamente, una de las claves de la economía española es el proceso de descentralización que se ha vivido desde 1978. Ordóñez se refirió al debate del ‘Estatut’ de Cataluña como un momento para consolidar los espacios autonómicos, para permitir que el que gasta -las CC.AA.- lo pueda hacer bien. Como símil al estado de las autonomías y a su proceso en España, Fernández Ordóñez recordó que el modelo alemán funcionó bien durante cuarenta años, pero desde hace veinte ha ido empeorando. En concreto, afirmó que los ‘lands’ alemanes “no tienen capacidad normativa” en materia económica, por lo que no responden a los problemas existentes, si bien actualmente hay 17 agencias tributarias.
Otra acción a tener en cuenta desde el Gobierno es el mantener el proceso de liberalización. Cabe actuar, dice Fernández Ordóñez, en el mercado ferroviario, postal y de la energía. Sobre la liberalización del mercado laboral, se debe valorar razonablemente, si se tiene en cuenta que se han creado 800.000 puestos de trabajo y que la tasa de paro actual está en un 8%, por debajo de la media de la UE.
A nivel global, Ordóñez cree que el repunte de la economía europea hará una corrección suave del desequilibrio económico de España. El crecimiento gradual de los tipos de interés provocará el ajuste lógico del sector de la construcción, y favorecerá a un sector como el industrial, maltratado durante los últimos años por la coyuntura económica.