Desayuno CEDE con Diego Pavía

Diego Pavía
Director general de Atos Origin para España y Latinoamérica, y presidente de la AEC - Asociación Española de Empresas de Consultoría
Martes, 19 de febrero del 2008
Madrid
"Si las pymes no hacen el salto tecnológico, desaparecerán". En el índice global de competitividad del World Economic Forum (WEF), España se encuentra en el puesto 27; el mismo desde hace 5 o 6 años. “Es decir, que no mejoramos nuestra competitividad”. Así lo afirmó el director general de Atos Origin para España y Latinoamérica, y presidente de la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC), Diego Pavía, en el Desayuno de Trabajo de CEDE celebrado el 19 de febrero en Madrid. El acto fue presentado por Paloma Portela, presidenta de la Comisión de la Gestión del Conocimiento Empresarial de CEDE, y moderado por Ramón Adell, vicepresidente de CEDE. Tras la intervención del ponente, participaron en el acto a través de videoconferencia los asistentes en las ciudades de Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Murcia y Girona.


Según los datos del WEF, 14 de los 15 países de la antigua UE de los 15 se encuentran delante de España. Con estos datos en la mano, Pavía lanzó al aire una pregunta: “¿Qué debemos hacer para mejorar?”.

Competitividad de la economía española

El índice del WEF realiza una media de todas las empresas españolas, independientemente de su tamaño o del sector al que pertenecen. En este sentido, Pavía dijo que tal vez “el índice de competitividad sea demasiado genérico como ‘economía’, pero si lo declinamos por sectores empresariales o por tamaño de empresa podríamos tener algo distinto: o mucho más arriba o mucho más abajo”. Así, quiso destacar que existen sectores muy competitivos, como es el caso del sector bancario, el cual se podría situar entre los 5 puestos de cabeza del ranking, o de la tecnología. En el otro lado estarían las pymes, que todavía no han hecho el salto tecnológico y se encuentran muy lejos de la media española de competitividad.

El presidente de la AEC señaló que la consultoría y la tecnología han estado presentes en los procesos de negocio de estos sectores punteros en las dos últimas décadas. De esta manera, afirmó que “existe una correlación evidente entre la competitividad y la tecnología aplicada en los procesos de negocio de las empresas”. Pero la competitividad puede tener algunos efectos perversos en algunos países que están arriba, como el caso de Suecia: son terriblemente competitivos, pero el empleo decrece.

Factores de productividad

El director general de Atos Origin para España y Latinoamérica enumeró los cinco factores de productividad que tienen más peso respecto de la economía: la liberación de los mercados, el talento y la formación académica, la tecnología y la innovación, la existencia de organismos financieros (capital riesgo, acceso a líquido de mercado) para poder potencias esas actividades, y la flexibilidad laboral. De estos cinco factores, el de la tecnología y la innovación, según Pavía, es el que tiene más peso en la competitividad de las empresas. En este sentido declaró que “el sector de la tecnología en España es un sector terriblemente sano, competitivo y ganador en su lucha contra sus pares, europeos y americanos”.

Bondades de la consultoría

Por otro lado, Diego Pavía destacó que el sector de la tecnología (de las TIC en general) representa el 4,5% del PIB español (aproximadamente 56.000 millones de euros); y la consultoría, casi el 1% del PIB (8.000 millones de euros). Pero aún representando este 1%, el sector de la consultoría hace crecer un 8% el PIB de España.

Propuestas de mejora

La tercera parte de la conferencia, el presidente de la AEC la dedicó a exponer sus tres propuestas de acción para mejorar la competitividad.

La primera propuesta es la de clasificar todos los sectores empresariales en función de su grado de competitividad y tecnología a través de un código semafórico (verde, ámbar y rojo), con el objetivo que a 10 años vista se conviertan todos en verde. Esta clasificación debería pasar por indexar la competitividad de los sectores según la utilización de la tecnología y con el retorno de la inversión respecto a la variable tecnológica. Además, sería necesario realizar un mapa de la economía española por sectores, tamaño de las empresas y por aplicación de tecnología.

La segunda está dedicada en exclusiva para las pymes, que según Pavía, todavía no han aplicado criterios de competitividad en sus procesos de negocio, sobretodo en lo que a tecnología se refiere. Aquí se trataría de identificar las necesidades comunes que no hacen competitivos a unos respecto de los otros en cuanto a diferenciación, para poder construir esas ventajas competitivas basadas en tecnología sector por sector para las pymes. En este caso, Diego Pavía señaló que con la incorporación de la tecnología, “las pymes pueden ser competitivas y ganadoras”.

Y la tercera y última propuesta es la necesidad de reestructurar las relaciones entre pymes, empresas y el sector de la consultoría para que las prácticas de relación entre unas y otras sean óptimas. En este sentido, destacó la presentación del Libro Blanco realizado por la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC), que incluye reglas mercantiles, profesionales y comerciales de buen gobierno para optimizar la relación entre los consumidores de tecnología y la consultoría.

Las Pymes

Durante su conferencia, Pavía resaltó que las pequeñas y medianas empresas no han hecho el salto tecnológico, probablemente por razones de desconfianza, falta de financiación y falta de una estructura interna de gestión tecnológica, entre otros factores. En este sentido, y durante el coloquio, dijo que es necesario poner los pasos para que las pymes puedan invertir en tecnología, porque de lo contrario desaparecerán. Y esto no debe ocurrir ya que las pymes, en el total de la economía española, representan el 90% de los puestos de trabajo y el 87% del PIB.

Un reto alcanzable

Para finalizar su ponencia, el director general de Atos Origin para España y Latinoamérica lanzó un reto para el futuro: “con 800 millones de euros adicionales en inversión en tecnología, daríamos un 1,5% adicional de crecimiento al PIB”. Pero esta inversión debe hacerse en consultoría, en valor añadido, y no en infraestructura.

El punto final lo puso remarcando que “la consultoría y las tecnologías de la información son factores de supervivencia para la economía.”