En los últimos años, el sistema de innovación ha dado un salto de gigante. Por un lado, las organizaciones han implantado unidades de innovación abierta, incorporado equipos y lanzado programas e iniciativas para impulsar la colaboración con startups que les ayuden a acelerar sus procesos de cambio y mejorar sus modelos de negocio.
Por otro, las administraciones públicas han impulsado políticas, normativas y medidas orientadas a desarrollar o fortalecer entornos de innovación, en ámbitos de carácter sectorial y también generalistas. Y el ecosistema de apoyo a startups y a proyectos innovadores ha experimentado un desarrollo importante, tanto a nivel de aceleradoras, incubadoras o venture builders como de inversores, en múltiples y diferentes formatos.