Casi el 40% de las empresas de todo el mundo vinculan a la remuneración de los directivos a los objetivos ESG (Environment-Social-Governance). Ello se traduce en mejorar la protección del planeta. Es una práctica cada vez más común el incorporar las métricas ESG en los contratos de los países sensibles con la estrategia de prevención climática. Los miembros de la Unión Europea forman parte de este bloque. Así, casi el 60% de las organizaciones lo aplican, mientras que en los Estados Unidos no llegan al 20%.
En el trabajo expuesto en este artículo recomendado, los autores repasan los detalles de esas prácticas. Por ejemplo, las empresas de alto impacto medioambiental son más propensas a vincular los salarios de sus directivos a los objetivos ESG. Para las mismas compañías, el incorporar la retribución ESG refuerza ese compromiso medioambiental. A nivel financiero, las métricas ESG son indicadores de los futuros resultados financieros y de los riesgos potenciales. También permiten alinear los objetivos estratégicos con los intereses de los accionistas.