«A medida que se avanza en la pandemia generada por la covid-19 se observan las dificultades para gestionar algo nuevo y viejo por parte de los actores políticos y económicos, así como de los instrumentos y medios de comunicación. Esto se debe, como ya hemos apuntado recientemente, a cuarenta años de predominio de una globalización y un monetarismo que han llevado a olvidar a la ética e incluso a su relación con los procesos de gobernanza en la gestión de riesgos y catástrofes en un mundo supuestamente desarrollado. Porque la pandemia es una catástrofe de dimensiones mundiales.»