Europa, y España, tienen ante sí un 2024 muy significativo en las relaciones con China y los Estados Unidos (EE.UU.). De hecho, dependerá mucho del enfoque político que tomen los EE.UU. después de las elecciones de este año. Un escenario optimista apunta hacia una congruencia entre todos los estados miembro de la UE para establecer acuerdos económicos con ambos gigantes. Si, además, Pekín aboga por un discurso constructivo para la retirada de Rusia de territorio ucraniano o la estabilización en Oriente Medio, podría haber acercamiento político global.
En cambio, un escenario pesimista aparece con la victoria de Donald Trump u otro candidato republicano, indican en ese artículo, que limitase la relación con la Unión Europea (UE) y que impulsase una política hostil con China. En este escenario se multiplicarían las relaciones bilaterales, entre estados de la UE y los EE.UU. y China, respectivamente, en detrimento de una política europea común.