La Unión Europea (UE) está reposicionando su política hacia China. Quiere reforzar la seguridad y los valores democráticos. A su vez, debe encontrar un equilibrio necesario para mantener unas relaciones económicas inevitables. Hay discrepancias internas en esos tres ámbitos entre los estados miembro.
En este artículo se expone la situación actual y se describen escenarios factibles en la relación Europa-China. Así, en la seguridad, se debate entre disponer de una política autónoma o mantener la alianza con los Estados Unidos. En el campo de los valores democráticos, se enfrentan las posiciones anticomunistas con las pragmáticas que aceptan el doble filo de Pekín basado en una economía capitalista con mano de hierro. Finalmente, en el marco de las relaciones económicas hay quien piensa en una UE que debe intervenir y otros que manejan unas necesarias relaciones bilaterales entre cada estado con unas máximas básicas a cumplir entre todos. En estos momentos, la UE debe empezar a marcar un camino claro para evitar alejarse de las capacidades que adquieren dos nuevos polos de poder como China y los Estados Unidos.