La pandemia nos está poniendo a todos a prueba: sociedad, empresas, familias e individuos. Es difícil encontrar a alguien que no esté sufriendo la fatiga mental y emocional, ya sea porque pertenece al grupo de los que «no paran de trabajar», como al que «las circunstancias los ha llevado a bajar el nivel de actividad» o, incluso, a «pararse a la fuerza», desgraciadamente.
Es bien cierto que a nivel empresarial los líderes se han puesto a prueba y aquellos managers que han luchado por la seguridad, la protección y el significado han convertido a las organizaciones en lugares de «refugio», actuando como referentes y pilares emocionales cuando todo se derrumbaba a su alrededor.