¿Hay espacio para el optimismo climático?

Àngel Castiñeira


Según el último informe del IPCC, «es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra». Como relata Lawrence M. Krauss en El cambio climático. La ciencia ante el calentamiento global, la época actual no tiene precedentes en la historia registrada del CO2 atmosférico del planeta durante casi el último millón de años.

El inicio de este aumento de emisiones coincide con el de la era industrial moderna, y su ritmo creciente coincide con el consumo mundial de combustibles fósiles. Este cambio cuantitativo –y cualitativo– en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) es, por tanto, el que está provocando el aumento progresivo de la temperatura de la superficie terrestre (en estos momentos, por encima de un grado respecto a la era preindustrial).

Los datos a fecha de hoy son indiscutibles, con el agravante de que todavía ahora seguimos aumentando las emisiones: en este siglo vamos camino de duplicar la concentración de CO2 desde 1750. Es decir, en 200 años habremos emitido el doble de CO2 del que ha existido en la atmósfera terrestre durante la mayor parte del registro geológico.