A medida que la ONU intensifica sus advertencias sobre lo lejos que estamos de cumplir los objetivos climáticos en las próximas décadas, aumenta también la presión sobre las empresas para que su actividad sea más sostenible. Sin duda, la tecnología digital será clave para conseguir este reto, pese a que se estima que devorará más de una quinta parte de la energía consumida en todo el mundo.
Esta es la nueva paradoja digital: la tecnología digital debe desplegarse de forma cada vez más innovadora para combatir el cambio climático, pero, a su vez, es responsable de profundos daños medioambientales, sociales y económicos.