En pocos años el peso de la sociedad estará en las personas mayores de 55 años. Lo mismo ocurre en muchos otros países del mundo. Demográficamente, cada vez predominan menos los jóvenes. Hay pronósticos inciertos, entre los que están los socioeconómicos. De aquí la importancia de la capacidad de previsión política.
En este artículo se repasan distintas opiniones de expertos sobre cómo afrontar esa realidad. Uno de los aspectos es la planificación trasversal de lo que se asocia solamente con la gente mayor. En el momento en que los jóvenes de ahora lleguen a la mediana edad estarán en un país definitivamente digitalizado, con una capacidad de uso por su parte muy elevada, pero con un debate ético y moral que ahora mismo se empieza a abrir. ¿Se habrá solventado y existirá un paradigma de uso en, digamos, 2040?. Otro aspecto es la movilidad del talento. Los jóvenes de ahora son mucho más globales. En diez años puede haber una diáspora elevada de talento. Políticas de retención y de atracción ahora son necesarias para evitar actuar cuando sea demasiado tarde.