Nos encontramos en un momento de máxima exigencia empresarial, en el que es necesario reducir al mínimo el consumo de recursos con el objetivo de mantener los estándares de calidad y de dar servicio a un mínimo coste. En este contexto toman protagonismo metodologías como six-sigma, que buscan sistematizar la traslación de las necesidades de los clientes a la operativa cotidiana de la empresa.
