Vivimos tiempos donde lo falso se expande como una epidemia. No ha invadido solo el mundo de la informaci贸n y la pol铆tica (fake news) o de los objetos (marcas, productos, dinero, materiales, etc.). Tambi茅n se extiende a las personas (impostores, falsos titulados, falsas personalidades en internet, etc.). Lo falso ha existido siempre; su actual invasi贸n en todos los 谩mbitos se debe, en parte, a las nuevas tecnolog铆as, pero, sobre todo, a que si no nos gusta la realidad, ahora nos inventamos otra en lugar de intentar cambiarla.