El potencial interno de una organización no es lo único que permite el desarrollo de un producto o servicio. Se necesita a talento externo, que hasta sepa más que el interno, para dar con el clavo en las necesidades y funcionalidades de la oferta. Co-crear es una obligación más que una opción.
La co-creación es el proceso colaborativo con expertos internos, externos y otros ‘stakeholders’ para la generación de productos o servicios con valor. Esa forma de activar la oferta, nueva o mejorada, genera beneficios tanto en los procesos como en los resultados de la organización.
La externalización de la co-creación se ubica en otras empresas, del mismo tamaño, más pequeñas, consolidadas o startups. También en organizaciones y centros de investigación. Pero, sobre todo, en personas: clientes o expertos especializados en un campo específico.
Cada reto de co-creación necesita a un grupo colaborativo específico. Y el talento personal, y de aquellos que tocan el producto cada día, es enormemente valioso. De hecho, también cada persona que participa en la cadena de valor tiene un conocimiento específico con una perspectiva ajena a la organización que la desconecta de los prejuicios y las ortodoxias de la empresa que impiden concretar mejoras.
A partir de este contexto, hay tres tipologías de co-creación. Una de ellas es la masiva. Es como un ‘crowdsourcing’ de ideas internas y externas para solventar el reto que se ha planteado. Es la más abierta, porque permite muchos inputs. Debe gestionarse con mucha concreción para evitar que se desvíe el objetivo.
Otro tipo de co-creación es la grupal. Aquí se concreta un grupo de ‘players’ según el reto que se quiere solventar. Hay más foco en las capacidades que participan en el proceso, y se puede crear un sistema metodológico de avance en el proyecto.
Ello también ocurre en el tercer tipo, la co-creación colaborativa. Esta se diferencia de la anterior porque son dos o más organizaciones que se juntan para generar un producto o servicio del que se beneficiarán luego todos en su comercialización. En la anterior co-creación, es una organización quien activa el proceso.
En todos los casos, quien lidera el proceso de co-creación debe potenciar siempre la participación igual de todos los integrantes en el modelo. Para ello, la transparencia y el compartir resultados dan un valor extraordinario para ese objeto.
Es importante también mostrar la necesidad de dar continuidad a lo conseguido al final del camino. De este modo, se puede facilitar la mejora continua de lo generado.
A fin de cuentas, la co-creación es un modelo que activa recursos infinitos para la organización con el objetivo de dar lo mejor a los clientes con los clientes. Se activa la lealtad a la empresa por parte de los externos, y de los internos porque se sienten mentores de lo propio para los de fuera. Inventado aquí, pero con los de aquí y de allí.