Estrategia en personas

miércoles 17 de marzo del 2021
Igual que todo portfolio empresarial debe crearse alrededor del cliente, toda estrategia empresarial debe construirse alrededor de las personas que allí trabajan. Pero la relación con el ecosistema también debe centrarse en las personas. El nuevo humanismo crece en la conceptualización de las realidades.


Centrado en el cliente. Centrado en el usuario. Las personas en el centro. La ciudadanía en el centro. En este último caso, no hace muchos años que el discurso de los poderes públicos cambió la triple hélice como marco de las políticas (administración-empresas-centros de conocimiento) por la cuádruple hélice (administración-empresas-ciudadanía-centros de conocimiento).

 

El aumento exponencial de las capacidades tecnológicas, con la automatización como punta de lanza, ha hecho crecer la visión humanizadora de toda la cadena de valor empresarial. Recientemente, en el último webinar #DesayunoCEDE (https://www.directivoscede.com/actividades/desayunos-de-trabajo/webinar-desayunocede-con-angeles-delgado/#13823), la presidenta de Fujitsu, Ángeles Delgado, apuntaba hacia una línea similar.

 

Delgado afirmaba que “la transformación digital no es tecnológica, debe tener a las personas en el centro”. En ese contexto, la presidente de Fujitsu considera que debe crecer el liderazgo renovado, que va más allá de los stakeholders de la empresa, que ve la diversidad como algo fundamental, y que sitúa a las personas en el centro del proceso.

 

A partir de aquí, hay una serie de aspectos que las organizaciones deben tener en cuenta para activar  una estrategia basada en las personas. Nos centramos aquí en la visión interna de los objetivos. En las ‘personas’ representadas en los equipos de trabajo. El primer punto importante es que el talento de la compañía actúa en una misión compartida por el conjunto. Actualmente, con la poca presencialidad en las oficinas, esta visión compartida se hace más necesaria para facilitar las acciones efectivas.

 

El segundo punto es, aunque parezca contradictorio, la necesidad de poner a las personas primero. Se deben solventar sus preocupaciones, sus necesidades y construir conjuntamente objetivos personales para que no sientan como un agravio trabajar la mayor parte del día en la empresa. Así se consigue la confianza y la credibilidad.

 

Cabe, también, generar oportunidades para activar la retroalimentación. Lo que da la empresa debe ser dado también por parte de los empleados. Pero ese ‘dar’ desde los equipos debe implicar recompensas fundamentadas que refuercen la confianza en la organización.

 

Finalmente, hay un concepto interesante a considerar que es el de la experiencia del ‘empleado total’. Diferentes expertos y expertas en recursos humanos hablan de este concepto emergente. Conocer la experiencia del empleado en su visión total permite activar soluciones a los puntos críticos y reforzar los puntos fuertes. De hecho, no deja de ser la aplicación en Recursos Humanos de la experiencia de usuario que se aplica para conceptualizar productos y servicios.

 

Porque, a fin de cuentas, los empleados son los primeros usuarios de la empresa a los que se les debe satisfacer sus demandas para tener un retorno y una retención.