Toda empresa debe estar atenta a lo que quiere el consumidor. A nivel global, hay ciertos patrones que ayudan a diseñar los pasos a activar. Digitalización, sostenibilidad, personalización son algunos de los aspectos que marcan la senda actual del consumo.
El mundo ha visto un cambio significativo hacia la transformación digital. El comercio electrónico ha integrado un papel vital en el comportamiento del consumidor. Los datos indican que las compras en línea a nivel mundial alcancen los más de 6000 millones de euros.
A su vez, los consumidores exigen cada vez más sostenibilidad y producción ética. En la Unión Europea, la sostenibilidad y la economía circular encabezan las agendas políticas y del sector privado. El Pacto Verde Europeo y las políticas que promueven prácticas circulares están remodelando el comportamiento del consumidor. La personalización es otra tendencia clave, con enfoques basados en datos que mejoran la experiencia del cliente a través de recomendaciones personalizadas.
En este contexto, las organizaciones deben adoptar una serie de acciones para moverse correctamente en este ámbito. La transformación digital es ya algo que las empresas han interiorizado. Aunque es bueno que sigan activándose las ayudas de los propios gobiernos. En concreto, esa digitalización, como hemos dicho, debe ahora reforzar el análisis de datos para comprender y predecir el cómo actúa el consumidor.
Los consumidores compran buscando comodidad y accesibilidad. Utilizar análisis de datos para obtener información sobre el comportamiento del consumidor permite un marketing más dirigido y un mejor servicio al cliente.
Aquí, la integración de la IA puede facilitar aún más la personalización de la oferta. La IA y el aprendizaje automático pueden ofrecer recomendaciones personalizadas que se adapten a las preferencias individuales. Esto facilita mucho también la fidelización y la recurrencia del cliente. Ello es algo extremamente importante en un entorno como el actual en el que es muy fácil cambiar con un clic nuestro comportamiento como consumidor.
El compromiso con la sostenibilidad es otra estrategia necesaria. Algo que las empresas ya potencian es monitorizar la sostenibilidad en toda la cadena de valor. Desde el suministro, hasta la fabricación y distribución
En esa sostenibilidad también juega un papel importante la marca local. El consumidor valora mucho la calidad y el origen. En un mercado saturado, activar modelos de producción y distribución local son ‘drivers’ ganadores. También es importante adaptarse a la cultura local a nivel de comunicación o de priorización de la oferta. Sobre la comunicación, la transparencia sobre los esfuerzos de sostenibilidad es crucial para generar confianza y lealtad entre los consumidores.
Es importante tener en cuenta que estas estrategias deben incorporarse en las pimes. Es un aspecto que va más allá de las grandes corporaciones. Los recursos actuales permiten democratizar las estrategias para abordar las tendencias de consumo.
A fin de cuentas, es apostar por un crecimiento de nuestra organización a medio y largo plazo. Todo ello lleva a ganar cuotas inesperadas con acciones muy esperables por el consumidor.