Los estudios de mercado han evolucionado radicalmente en los últimos años. Hay más herramientas, y hay cambios en el propio comportamiento de los mercados. Sigue la idea de saber predecir para responder.
La tecnología ha transformado la forma en que se recopilan y analizan los datos. Hoy en día, las herramientas avanzadas como el big data y la inteligencia artificial permiten acceder a información de forma mucho más concreta y rápida.
De hecho, los datos ya no se limitan a encuestas o estadísticas tradicionales. Las plataformas digitales, las redes sociales y las herramientas de análisis de comportamiento han ampliado el alcance de los estudios. Con técnicas como la escucha activa, por ejemplo, las empresas pueden detectar tendencias emergentes y adaptar sus estrategias de manera inmediata.
En este contexto, surge una pregunta clave: ¿quién debe liderar los estudios de mercado dentro de la empresa? Tradicionalmente, ha sido responsabilidad del departamento de marketing. Sin embargo, la complejidad actual permite ampliar la fuente generadora con un enfoque más amplio y colaborativo. Aunque el marketing sigue siendo el principal impulsor, otras áreas como ventas, análisis de datos e incluso la dirección general tienen un papel fundamental.
Hay otro aspecto que se está confirmando, y es que muchas empresas están creando equipos específicos de inteligencia de mercado. Las nuevas herramientas que han aparecido, con la inteligencia artificial generativa al frente, hace que haya nuevos profesionales que combinan habilidades analíticas con conocimientos estratégicos.
Ello les permite extraer insights accionables a partir de los datos. En estas organizaciones, el análisis de mercado no es un proceso aislado, sino una parte integrada de la toma de decisiones.
Es importante tener en cuenta que uno de los valores de los estudios de mercado reside en su impacto en la estrategia empresarial. Los datos obtenidos no solo ayudan a entender el presente, sino que también permiten anticiparse al futuro.
También facilitan la alineación entre los objetivos de la empresa y las necesidades del cliente, lo que resulta esencial en mercados cada vez más competitivos.
Ese impacto se extiende en todos los departamentos de la empresa. En marketing y ventas, permiten diseñar campañas más efectivas y personalizadas. En desarrollo de producto, orientan las innovaciones hacia las demandas reales. Incluso áreas como operaciones o finanzas encuentran en los estudios una base para optimizar sus procesos.
Los estudios de mercado, con las herramientas existentes, y con esa visión más transversal, permiten proporcionar la información necesaria y la adecuada. Permiten anticiparse a los cambios y mantenerse un paso por delante de la competencia.
Con los departamentos alineados y una estrategia basada en datos, las empresas están mejor preparadas para afrontar los retos del futuro. Esos trabajos, integrados en la estrategia de la propia empresa, multiplican las oportunidades.