La visión de la oportunidad

viernes 27 de octubre del 2023
Las oportunidades son un valor que a veces se ocultan por miedos o rechazo sin argumento. La tecnología es una oportunidad. Históricamente lo ha sido. Su valor está en saberla moldear.


La tecnología es ya una commodity en las empresas que permite un crecimiento ultra exponencial. El debate siempre entra ante el supuesto peligro para los puestos de trabajo. Esta visión es superable si se visualiza como una oportunidad controlable.

De hecho, hablábamos en un reciente artículo de opinión  que el valor en las empresas se encuentra también más allá de la digitalización y las tecnologías. Aquí queremos, precisamente, volver a poner el foco en la tecnología.

El crecimiento de las capacidades productivas de las empresas ha sido históricamente gracias a la tecnología. En los últimos 20 años, ese crecimiento se ha convertido en exponencial, porque la tecnología ha avanzado con mucha más rapidez. Ahora ya estamos, como hemos dicho, en un entorno de crecimiento ultra exponencial.

Sin entrar en la exposición de que ahora hay una nueva revolución con la IA generativa, quedémonos en el valor actual de la tecnología y su visión como oportunidad y no como amenaza para los equipos empresariales.

La primera oportunidad está en la capacidad para generar nuevas capacidades dentro de las empresas. A las capacidades existentes aparecen necesidades de nuevos profesionales que sean capaces de gestionar, desarrollar y optimizar las nuevas tecnologías incorporadas. ¿Y los profesionales que no conocen esas capacidades? Aquí está el valor de integrar en las empresas una formación continuada y adaptada para incorporar a esas personas en los nuevos roles.

Esa adaptación se debe basar en un desarrollo continuado para reconvertir a trabajadores más cualificados y adaptables. A fin de cuentas, ello termina con dar más seguridad laboral, porque todos se sienten implicados ante el nuevo escenario digital.

De aquí se puede pasar a otro driver de las tecnologías, que es la mejora en la productividad. Aquí está la automatización de los procesos y la gestión de los datos. Ello permite afinar mucho mejor el objetivo de los procesos, y los resultados esperados. Además, se pueden diversificar los puestos de trabajo al poder disponer de nuevos segmentos de mercado.

En esa mejora de la productividad aparece también todo el nuevo modelo de trabajo híbrido, con una flexibilidad y una oportunidad de activación del empleo en territorios con más limitaciones para desarrollar puestos de trabajo.

Y, en cierto modo vinculado a esa flexibilidad aparecen las oportunidades de emprendimiento en las organizaciones. La tecnología actual permite desarrollar mejoras internamente -intraemprendimiento- o adquirir emprendimientos externos para mejorar los resultados propios.

Ante lo descrito, la visión de la tecnología como una oportunidad para el mercado laboral debe ir acompañada de un paradigma ético suficiente como para evitar cualquier retorno inesperado.