La Inteligencia Artificial (IA) y su aplicación en el marketing es algo que ya existe desde hace tiempo. Las recomendaciones de productos a partir de comportamientos online, por ejemplo, es un ejemplo de ello. Ahora, la eclosión de los contenidos automáticos con IA amplían el horizonte.
De hecho, la IA ha transformado el marketing en muchos aspectos. Se puede obtener información de mucho valor sobre los consumidores, personalizar su experiencia y optimizar los recursos destinados al marketing.
Algunos de los aspectos en que ya ha actuado es en la generación de estrategias a partir del análisis de datos, estructurados y no estructurados. Con ese análisis mediante IA, se pueden comprender tendencias de mercado y preferencias de los consumidores.
Un caso puede ser la previsión de ventas futuras a partir de tendencias detectadas de comportamiento de los clientes. Ello aplica a la estrategia de marketing a seguir y decidir correctamente sobre la producción.
De aquí, se pasa a la posibilidad de personalizar mucho la experiencia del consumidor, sobre todo online y mediante los dispositivos móviles. Pero también se puede activar en el mundo físico, de forma híbrida con la integración de la realidad aumentada o inmersiva. Ello aumenta mucho la fidelización de los clientes.
Con todo este contexto activado, ahora se le ha añadido la masificación de la generación de contenidos de forma automatizada. Hemos llegado al punto de poder generar una imagen de lo que se quiera con un estilo, por ejemplo, concreto de pintura. Con una búsqueda de ‘Dibujos con IA’ se puede indicar a la plataforma seleccionada: ‘dibuja la ciudad de Nueva York con estilo impresionista’, y en menos de 1 minuto se tiene el resultado.
Por lo tanto, se pueden generar contenidos, textuales, visuales y audiovisuales, adaptados al comportamiento y la realidad del usuario según los datos captados de su comportamiento, online y offline -aquí entra la captación de datos mediante los sensores en el Internet e las Cosas.
Ante esa realidad, se amplían las opciones para las estrategias y ejecuciones de marketing. La generación de contenidos será más automatizada. Ello da paso a poder dedicar más talento y recursos a la estrategia y el diseño creativo.
La personalización, como hemos comentado, estará en la base de los objetivos. La precisión de los mensajes será un valor importante a añadir, tanto para a quien se le destina como el cuándo.
Esa precisión estará muy vinculada con la conversación, automatizada también -chatbots más perfectos- o incluso con la incorporación de la voz. Podremos hablar con bots de forma casi fluida y natural -es el perfeccionamiento de los Siri o Alexa que hemos tenido hasta ahora.
Uno de los grandes beneficiados de todo ello será el comercio electrónico. El marketing online en este campo fue el primero en el que se aplicó la IA con las recomendaciones de productos en Amazon a partir de los datos de nuestro comportamiento, y ya hace más de 10 años de ello. Pero tampoco debemos olvidar la aplicación de la IA en el marketing B2B.
Finalmente, es muy importante abrir el debate ético alrededor de todo lo que ocurrirá a partir de ahora. La captación y tratamiento de datos dibuja una línea roja: evitar traspasar una captación y un uso irresponsable de la información de los consumidores. Es fácil realizar esta afirmación. El reto está en cumplirlo.