Más allá de la digitalización

jueves 21 de septiembre del 2023
La implementación de procesos en las empresas puede acelerarse a partir de aspectos que van más allá de la digitalización. La tecnologías impulsa y multiplica opciones, pero hay otros factores determinantes.


Hay distintos aspectos de las operaciones en una empresa que ayudan a acelerar la implementación. Uno de ellos es la tecnología. De todos modos, esa es una herramienta que necesita a otros elementos para ser determinante.

Así, la tecnología encaja en la optimización, pero no está sola. Una vez definidos los objetivos para la implementación, con un enfoque basado a cliente, la primera clave está en optimizar los procesos.

Detectar al mejor talento que pueda integrarse en cada punto de la implementación es una forma de optimizar ese proceso. Aquí es donde entra ya la tecnología: es el momento de activar -o adquirir- la mejor tecnología y la automatización allí donde sea necesario. Esa tecnología puede dar también opciones para captar datos y convertirlos en información para poder tomar decisiones adecuadas.

Pero el talento sigue siendo quien marca las pautas del proceso. Por ello es tan importante saberlo gestionar. Cabe darle la formación necesaria y también aprovechar el proyecto que hay detrás de ese proceso para aplicar un plan adecuado de desarrollo profesional.

Definida la optimización, cabe entonces implementarla. Y con los elementos definidos ser hará de forma más rápida que en otros entornos. Pero falta más. Y, otra vez, no hablamos de tecnología.

Nos referimos más a una cultura y a una predisposición al cambio. Ello se concreta con ser capaz de conocer el mercado, la competencia, y adaptarse a los cambios en el momento en que aparezcan aunque el proyecto aún no haya terminado.

Parece contradictorio, pero la flexibilidad para cambiar el proceso es un elemento que puede acelerar la implementación en lugar de frenarla. No cambiar puede ser pan para hoy, pero hambre para mañana. Si se sigue el mismo patrón aunque haya señales que indican cambiarlo, cuando el proyecto entre al mercado tiene más opciones de fracasar. Ello obligará a empezarlo de nuevo, con lo que nada habrá sido acelerado sino ralentizado.

A la adaptabilidad se le debe añadir la cultura de la innovación. Están ligadas. La cultura de la innovación en la organización permite adaptarse de forma rápida a necesidades existentes con nuevas ideas para solucionarlas.

También debe tenerse en cuenta el alimentar con potenciales colaboradores el ecosistema externo de la empresa. Si hay adaptabilidad y cultura de la innovación, habrá predisposición a incorporar a actores externos que faciliten la implementación de procesos en áreas que la empresa no controla. Y, otra vez, más que ralentizar ello acelera dichos procesos.

La digitalización, pues, integra las herramientas necesarias para mejorar la implementación de procesos en las empresas. Esa digitalización se potencia más con los factores descritos, más vinculados a personas y capacidades.