Operaciones: el ojo panorámico

jueves 21 de octubre del 2021
La dirección de operaciones es el pivote de la organización. Detecta y distribuye. Su visión panorámica permite activar los procesos de la forma más óptima.


Personal clave en las direcciones. La responsabilidad en operaciones es el nexo entre el resto de departamentos. Le da el potencial más alto a la organización. Básicamente debe analizar los procesos, las necesidades de los mismos y distribuir los recursos para activar las acciones y optimizar los costes. Ello lo hace en todos los ámbitos de la organización.

Tienen cierto ascendente sobre otros responsables en la organización. De hecho, tienen la última palabra por encima de ellos en la asignación de recursos. Esta es una de las capacidades que deben aplicar: el liderazgo consultivo. No deben imponer, pero sí argumentar sólidamente para activar sus decisiones.

Otra capacidad, como se indicaba, es su visión panorámica de la organización. En la actualidad, esa visión panorámica también aplica a la capacidad de saber transversalizar las operaciones. Ello significa el tener la flexibilidad para interconectar departamentos, y para potenciar operaciones multidisciplinares en las personas.

También es importante su visión financiera. Una de las labores de la dirección de operaciones es la de participar en la elaboración de los presupuestos y de supervisar su administración en cada departamento.

Dado que la centralización de la distribución económica es compleja, debe disponer de herramientas que permitan, como mínimo, controlar las imputaciones que se aplican en cada departamento para las acciones realizadas.

Otros aspectos que debe desarrollar la dirección de operaciones son el de dónde provienen los suministros y el inventario de la organización.

También debe saber sobre el personal. De hecho, su interrelación con los recursos humanos es importante. Debe proporcionar información sobre las personas y las ‘skills’ que se necesitan de ellas.

Hasta aquí, las funciones de la dirección de operaciones. La pregunta que muchos se pueden hacer es: ¿qué ocurre con las pequeñas empresas? ¿necesitan de una dirección de operaciones?. En este caso, muchas veces la dirección general de la pequeña empresa asume parte de las funciones de la dirección de operaciones. La otra parte la distribuye a la dirección adjunta. Entre ambas se distribuyen el control de los procesos, las finanzas, el personal y el marketing.

La realidad de las operaciones en las pymes es que es muy recomendable integrar la digitalización para facilitar el trabajo. Herramientas en el ‘cloud’ ayudan a reducir costes y a aumentar la operatividad de la organización.