¿Por qué cambia la gestión de espacios?

miércoles 24 de febrero del 2021
La recuperación de la presencialidad en los espacios de trabajo será pronto una realidad. Habrá cambios que han llegado y están para quedarse. El cambio en la gestión de esos espacios ya viene de hace tiempo. La entrada y consolidación de los nativos digitales, la interconexión acelerada, la tecnología y el valor de la salud y la sostenibilidad son aspectos que modifican los objetivos de los 'facility managers'.


Los espacios de trabajo han dejado de ser espacios estancos a convertirse en lugares fluidos. Allí convergen distintas generaciones y distintos estilos de trabajo. Las necesidades diferenciadas convergen en esos lugares. La colaboración y la productividad son aspectos básicos para potenciar la competitividad.

 

Esa confluencia de distintas generaciones es uno de los aspectos que genera un sentido de transición en la gestión de los espacios. Se deben adaptar a las nuevas demandas, sin romper con las necesidades del grueso de las personas que trabajan.

 

El cambio en la gestión de los espacios es, pues, una realidad que se consolida con la modificación del contexto y de los cambios tecnológicos y de procesos, de forma exponencial, que se incorporan en las organizaciones.

 

Los principales ejes que se visualizan como generadores de ese cambio, pues, son la demografía, digitalización, la salud y la sostenibilidad.

 

En cuanto a la demografía, lo hemos apuntado anteriormente. Los millenials ya han dejado de ser esos jóvenes idealistas que vislumbraban el cambio del mundo. Son ya personas integradas en el mundo laboral y que empiezan a ocupar cargos de decisión. Por lo tanto, quieren trabajar de forma diferente, con espacios individualizados pero interconectados para potenciar la colaboración. Piensan en global, por lo que esto debe cumplirse en dichos espacios.

 

Esas modificaciones están perfectamente alineadas con la digitalización. Los espacios están ya digitalizados, e incorporan todas las opciones que permiten las tecnologías punta. El Internet de las Cosas (IoT) con sensores que interconectan funcionalidades está y estará cada vez más a la orden del día. Con los sensores se pueden hacer miles de cosas en positivo para esos nuevos espacios: desde la monitorización del uso de los espacios, la adaptación para evitar concentraciones innecesarias, temas de iluminación y confort.

 

La digitalización también se vincula a todo el software en local y móvil que se puede incorporar. La ubicuidad es ahora un reto factible. La pandemia del Covid-19 ha permitido ratificar que hay oportunidades para estar y no estar en un mismo espacio para poder interconectarse, desde un ordenador o desde el móvil. Todas las herramientas que faciliten esa interconexión operativa y productiva son clave.

 

En cuanto a la salud, este es uno de los aspectos en los que se ha trabajado más. Lo mismo, la pandemia ha ayudado a ratificar que las medidas de salud son prioritarias. Pero, además, el concepto de salud en el trabajo se ha trasladado no solo al ámbito físico, sino al mental y de confort. Gestionar espacios para facilitar la salud mental, emocional, de ‘wellness’, es un valor al alza.

 

Finalmente, la sostenibilidad está en la agenda de las organizaciones como algo prioritario. Los edificios sostenibles son un anexo en la estrategia de producción sostenible de las organizaciones. Pero también lo es la sostenibilidad en todo el modelo productivo y de procesos. En Europa, la sostenibilidad está en el primer lugar de la lista. Así se ha trasladado también en las organizaciones.

 

El cambio en la gestión de los espacios construirá un nuevo camino que deberá adaptarse cada vez más a las modificaciones más habituales que habrá en el contexto.