Los cargos directivos son una figura importante para potenciar el ecosistema y la economía colaborativa con otras empresas y con el sector público. Esta frase es una evolución de lo que indica Mar García Ramos en el último Cuaderno CEDE titulado ‘Directivo y Movilidad’.
En un artículo de opinión reciente ya hablamos del ecosistema. Nos centramos ahora en la parte de la colaboración entre empresas y con el sector público de forma abierta.
De hecho, Mar García Ramos indica en el Cuaderno CEDE citado que el directivo puede destacar en la economía colaborativa público-privada, «una economía circular que se refiere a la cadena de valor circular». A ello le añadimos también la colaboración privado-privado. En ambos casos hay un modelo de apertura e innovación, por lo que la innovación abierta se vincula directamente al concepto de economía abierta.
Cabe evitar confundir ese concepto de economía colaborativa con el de la ‘sharing economy’, aquel modelo en el que se monetizan productos o servicios propios compartidos con terceros. Aquí hablamos de una economía en la que se comparten objetivos y se integran capacidades.
Si miramos la interrelación entre el sector público y el privado, una interesante evolución de los conocidos Partenariados Público-Privados es el concepto de Compra Pública Innovadora. Esto es una economía abierta y colaborativa en la que la administración pública compra servicios innovadores orientados a resultados.
En base a ese punto de partida, en lugar de comprar productos para reponer stock -licitación para comprar vendajes en un hospital público, por ejemplo- se compra, por ejemplo y en el mismo sector hospitalario, un modelo que ayude a la monitorización del paciente en su domicilio. Se quiere, por lo tanto, un servicio. Se evalúa el más innovador. Y se buscan resultados: facilitar al paciente su tratamiento en el domicilio para mejorar el servicio en el hospital en base a la menor afluencia de pacientes.
Con ello se abre el modelo económico. Se apunta hacia innovaciones enfocadas directamente a la necesidad de la ciudadanía. La compra final ha tenido un recorrido previo en la generación de potenciales soluciones. El sector privado, entonces, tiene un papel participativo extremo en esa co-creación para la ciudadanía.
La economía abierta, colaborativa, en el sector privado está mucho más extendida. Hay colaboración entre pymes. Hay colaboración o, mejor dicho, necesidad de integración, de medianas y grandes empresas con startups.
Pero, lo más interesante, en estos momentos, es las oportunidades que pueden aparecer en la interrelación entre grandes empresas de sectores no competitivos para dicho modelo. Hay, en el sector tecnológico, mucha interrelación en ese sentido. También ha aparecido en otros sectores. Lo más importante es considerar que, si hay un escenario ganador para todos, la economía abierta puede dar grandes frutos a dos o más corporaciones juntas.
Ecosistema y economía colaborativa son dos ejes innovadores, pues, que deben tomarse mucho en consideración.